Las técnicas de cementación vertebral consisten, en introducir de manera percutánea cemento dentro de una vértebra fracturada, ya sea directamente (vertebroplastia) o después de la creación de una cavidad (cifoplastia).
Estos procedimientos, usualmente se usan para tratar fracturas de compresión vertebral, que provocan mucho dolor. A menudo causadas por osteoporosis, y algunas también por metástasis tumorales.
Estos procedimientos, se llevan a cabo intrahospitalariamente, y por lo general, con sedación. Se utiliza un aparato de rayos X, llamado fluroscopía, para ver en tiempo real, el lugar exacto donde debe de ser colocado el trócar. El cemento óseo utilizado, tiene la apariencia de crema dental, pero se endurece al cabo de unos minutos, dentro del cuerpo vertebral, dándole el soporte necesario para estabilizar la fractura.
La vertebroplastia y cifoplastía, por lo general son procedimientos muy seguros y eficaces, sin embargo, un pequeño porcentaje de pacientes puede tener infección en el sitio de punción, si hay derrame de cemento fuera del espacio intravertebral, puede haber embolia pulmonar. Puede existir riesgo de fracturas en los cuerpos vertebrales adyacentes.